Sanción a los maestros "médicos"

El pasado miércoles 15 de octubre aprobamos por unanimidad en la Cámara de Diputados una modificación a la Ley General de Educación para sancionar a Maestros y otras personas que presten servicios educativos, cuando sin previa prescripción médica y consentimiento informado de los padres o tutores, administren a los educandos medicamentos que contengan sustancias psicotrópicas o estupefacientes.

También establece sanciones cuando promuevan en los educandos, por cualquier medio, el uso de medicamentos que contengan sustancias psicotrópicas o estupefacientes.

De igual forma serán sancionados por expulsar o negarse a:

  • Prestar el servicio educativo a niñas, niños y adolescentes que presenten problemas de aprendizaje, condicionar su aceptación o permanencia en el plantel a someterse a tratamientos médicos específicos; o
  • Presionar de cualquier manera a los padres o tutores para que acudan a médicos o clínicas específicas para la atención de problemas de aprendizaje de los educandos.

En caso de incurrir en las infracciones señaladas anteriormente, se aplicarán las sanciones de multa por el equivalente a cinco mil veces el salario mínimo vigente en el área geográfica y en la fecha en que se cometa la infracción, pudiendo duplicarse en caso de reincidencia.

También puede sancionarse con la revocación de la autorización o retiro del reconocimiento de validez oficial de estudios correspondiente, sin perjuicio de las penales y de otra índole que resulten.

Lectora, lector, el dictamen lo puede consultar aquí.

En él se reconoce la necesidad de consolidar acciones, programas y normatividad para proteger el derecho a la educación de los menores que manifiesten necesidades educativas especiales, tales como el denominado "trastorno por déficit de atención e hiperactividad" –TDAH.



De acuerdo con la iniciativa, este padecimiento en muchos casos es "diagnosticado" no por médicos especialistas sino por maestros o servidores públicos del sistema educativo "sin bases metodológicas, capacitación o norma específica alguna".

Esto provoca que algunos estudiantes sean inducidos al tratamiento con medicamentos psicotrópicos, sin previa receta médica y diagnostico profesional y que pueden afectar la salud o inducir a la adicción.

De hecho, los proponentes señalan que en algunos centros escolares se da el caso de alumnos a los que sin ningún diagnóstico médico específico se les diagnostica el llamado "déficit de atención", se les administra los fármacos llamados Ritalin e Imipramina, entre otros nombres comerciales del metilfenidato; o bien, se condiciona la oferta educativa a que los niños estén siendo medicados con las mencionadas drogas.

El problema es grave, pues se señala que "El Ritalin, por ejemplo, es un estimulante del sistema nervioso central, que origina un aumento en la frecuencia respiratoria, provoca que la gente se sienta bien, más despierto, más activo y esto es parte del efecto que causa la adicción.

Además, eleva el estado de alerta en la persona, estimula el sistema respiratorio en pacientes que padecen algún grado de depresión respiratoria o que tienen exagerada tendencia a dormirse; es una sustancia de importancia terapéutica que puede inducir adicciones a drogas y un daño progresivo en los niños".

La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes -JIFE- , órgano fiscalizador independiente y cuasi-judicial encargado de aplicar las convenciones y convenios de las Naciones Unidas relativos a las drogas, ha advertido de un aumento del consumo mundial del metilfenidato, sustancia activa del Ritalin, que pasó de menos de 3 toneladas en 1990 a más de 8.5 toneladas en 1994, y dentro del periodo comprendido entre 1997 y el 2001, aumentó de 11.6 toneladas a 15.4 toneladas.

La JIFE argumenta que este incremento de proporciones sin precedentes “se debe a la difusión masiva para la utilización de la sustancia en el tratamiento del trastorno de la concentración en los niños".

En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica –ENEP-, 2006, entre 5 y 6 por ciento de la población entre 6 y 16 años de edad padecen TDAH, lo cual significa que, "…en México existen aproximadamente 1 millón 600 mil niños con TDAH, pero sólo el 8 por ciento está diagnosticado y tratado".

Los niños que lo padecen son generalmente etiquetados, discriminados y muchos excluidos de las escuelas y, en otras ocasiones, se les condiciona la permanencia en el sistema escolar a costa de seguir tratamientos con los fármacos arriba mencionados.

Y aún más, se sabe de casos donde algunas escuelas llegan a "boletinarlos" para que “los niños expulsados no sean admitidos en otras escuelas".

La votación del dictamen expresó la unanimidad de los legisladores federales en proteger a estos niños, quedando a mi juicio, iniciativas por aprobar que permitan proporcionar las necesidades educativas especiales de carácter transitorio que pueden requerir.

Un ejemplo de Ley es la 20201 del Ministerio de Educación en Chile.

Si conoces algún caso de este tipo, déjame tu comentario.

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