Economía del tabaco

“Mi cigarro y yo somos uno”

Epitafio


En febrero pasado fue aprobada por unanimidad en la Ley General del Control del Tabaco, la cual entró en vigor en todo el país en agosto pasado.

Las consecuencias asociadas al consumo de tabaco van más allá de los daños a la salud individual y colectiva.

La carga económica que el consumo del tabaco impone a nuestra sociedad a través de altos costos de atención médica para el sistema de salud, empobrecimiento de las familias, y pérdida de productividad de la fuerza laboral, se refleja en un menor crecimiento económico y una pérdida de bienestar de las sociedades.

Lectora, lector, desde hace varias décadas, diversos estudios han demostrado que el tabaco es dañino para la salud poblacional.

Quien consuma una cajetilla a diario irremediablemente acabará enfermando y eventualmente morirá de forma prematura.

El costo del tratamiento médico anual de cualquier enfermedad atribuible al consumo del tabaco supera exponencialmente cualquier contribución hecha por un comprador de este producto en igual periodo.

En México hoy día 1 de cada 4 mexicanos entre 12 y 65 años fuma. Los estudiantes de secundaria fuman un 25%, ligeramente menor en mujeres. La edad de inicio del consumo se ha reducido a casi 11 años de edad. Los hogares de menores ingresos destinan una proporción mayor de su gasto total a cigarros.

En general, el gasto en tabaco representa una carga para los hogares pobres, pues reduce los recursos que podrían destinar a satisfactores básicos como alimentos. Los costos relacionados al consumo de tabaco se asocian a las enfermedades que causa, algunos los absorben los fumadores, y el resto, la sociedad en su conjunto.

Otros costos atribuibles al tabaco son los que genera la pérdida de productividad ocasionada por la mortalidad y enfermedades prematuras relacionadas con el tabaquismo, así como pérdidas por los incendios accidentales provocados por fumadores.

En países de ingresos altos, donde tienen un mejor sistema de información, se estima que el costo de la atención de enfermedades atribuibles al consumo del tabaco representa entre 0.1 y 1.1 por ciento del Producto Interno Bruto.

En el IMSS se realizó un estudio de costos directos con un grupo de las principales enfermedades atribuibles al consumo del tabaco: infarto agudo del miocardio; la enfermedad cerebro vascular; la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el cáncer de pulmón; su costo se estimó en 7 mil millones de pesos, lo que equivale al 5% del gasto total de operación del IMSS en 2004.

La Secretaría de Salud Federal ha calculado que el costo de atención es cercano a los 29 mil millones de pesos. La industria tabacalera es duopólica: Philip Morris y British American Tabaco dominan el mercado, representando casi el 99%.

Ellos argumentan que con la Ley General para el Control de Tabaco, se estaría excediendo en la regulación de una industria que aporta al año al fisco más de 16 mil millones de pesos, siendo el segundo contribuyente después de Pemex.

Como se podrá observar, la aportación es muy inferior a tan solo los costos directos de atención médica, que conforme tengamos mejores indicadores se podrá tener una estimación más cercana. Un tema que saldrá seguramente a colación será que con la entrada en vigencia de la Ley se perderán empleos en el sector que cultiva la planta de tabaco en los estados de Nayarit 80%, Veracruz 12% y Chiapas 8%.

El número hectáreas de siembra ha disminuido de 31,978 en 1998 a 8,580 en el año 2005, lo que da un total de 4,766 empleos permanentes por año, a cambio de un poco más de 60,000 muertes por año, relacionadas al tabaco, muchas de ellas secundarias al humo ajeno.

Cabe señalar dos fenómenos adicionales en Nayarit: se ha documentado la utilización de mano de obra infantil y la precariedad de las condiciones de vida de los jornaleros Heredia, 2003.

El valor del procesamiento primario secado, fermentación y añejamiento de las hojas de tabaco representó solo el 2% de la producción de la Industria Tabacalera; la producción de cigarros con filtro representó el 87%. Además en México las compañías tabacaleras han aumentado la importación de hojas de tabaco.

Las medidas que se han tomado ya es aumentar en 2008 un 10% más los impuestos al tabaco 150%, haciendo que del valor total de la cajetilla un poco más del 60% sean impuestos. Otras medidas vienen con la Ley, de manera sustancial es lograr espacios 100% libres de humo de tabaco, en todo espacio cerrado con acceso del público, en sitios de trabajo y transporte público.

Prohibición de publicidad. Colocación de imágenes de advertencia en las cajetillas y regulación sanitaria de su venta. Se incorpora el empoderamiento ciudadano para hacer valer sus tres derechos constitucionales: derecho de protección a la salud, a un medio ambiente limpio y los niños a la satisfacción de sus necesidades, principalmente en salud.

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